La estancia de Juan Manuel Fangio
Ubicada en RP 55. Km 56,5 a 18 km de Balcarce, su ciudad natal, hoy se propone como una saludable escapada, para vivirla en un ambiente pletórico de iconografía tuerca, y el valor agregado de un spa.
Juan Manuel Fangio era un hombre de bajo perfil que no se dejó llevar por los engaños que la fama suele generar. Nació y se crió en un vecindario de Balcarce del que nunca consideró que debía abandonar, y se crió en una casa muy humilde de la que tampoco sentía la necesidad de abandonar. En esa casa vivía con su madre y recibía a personas famosas que llegaban de lejos para visitarlo. Francisco los acogía en un ambiente de extrema austeridad en la casa de su madre, lo cual consideraba lo más común en el mundo. Sin embargo, esta actitud presentaba restricciones en términos de relaciones públicas.
La Fundación Juan Manuel Fangio comenzó a trabajar en la campaña y compró una estancia para que el hijo dilecto pudiera alojarse allí.
Este descendiente de italianos originarios de Chieti (Abruzzo) estableció su residencia en este lugar antes de partir hacia el extranjero dos décadas después. Durante ese lapso, continuó trabajando y participando en actividades sociales; trató a sus amigos y familiares con la misma actitud humilde que siempre lo caracterizó; se involucró en actividades deportivas, disfrutando de una sala de juegos donde pasaba horas jugando al ajedrez. En resumen, continuó viviendo sin renunciar a sus objetivos.
Después de su fallecimiento, se comenzó a trabajar en la expansión del edificio original. El salón comedor (para 70 personas) fue construido primero, luego la Casa La Pasión (con ocho habitaciones deluxe) y finalmente el spa. Las regalías de la nafta Fangio se utilizaron para construir esta nueva ala.
Los trabajos de remozado del ala original, conocido como Casa La Prudencia, se llevaron a cabo con la intención de respetar el entorno que el campeón había dejado. Por ejemplo, hoy se hace el check-in en lo que fue su despacho. El color de cada una de las cinco habitaciones disponibles se asigna de acuerdo con la vida de Juan Manuel. La suya es “la celeste”, la de “la rosa”, etc.
Los muebles y la decoración de cada área destacan los hábitos y preferencias de su famoso residente, espacios de vida detenida que se recorren como si fueran un museo muy bien cuidado.
Además de esta perspectiva a la que ningún visitante se resiste y de la vida ajetreada que inspira la propiedad, el spa es el único lugar donde se puede pasar un fin de semana. En este lugar tranquilo y acogedor, se puede observar una piscina cubierta con circuito de aguas, sauna, salas de masajes y tratamientos, similares a los placeres a los que el Fangio se habría entregado con felicidad en su vida.