Cómo mantener tu jardín saludable
Algo fundamental a entender sobre la prevención de enfermedades es el triángulo de la enfermedad. ¿Cuándo ocurre una enfermedad? Cuando coinciden tres cosas: un huésped, un patógeno y condiciones ambientales. Si algo de esto no esta presente, la enfermedad no ocurre. Por tanto, la prevención implica remover un lado del triángulo de la enfermedad.
1. Examina las plantas antes de comprar
La forma más sencilla de limitar las enfermedades de tu jardín es evitando introducir plantas enfermas en primer lugar.
No lleves a casa una planta con tallos podridos, puntos muertos o insectos. Estos inconvenientes se pueden propagar a tus plantas sanas y no siempre son fáciles de eliminar.
En el vivero, revisa la parte superior de las plantas e inspecciona las raíces. Coloca la mano sobre la superficie del suelo, sosteniendo el tallo de la planta entre tus dedos. Invierte la maceta y sacude la planta para que esta se suelte. Las raíces deben ser blancas, firmes y estar espaciadas por todo el cepellón. So son negras o están blandas, no es una buena señal.
2. Usa desechos de jardín compostados
No todos los materiales que puedes llegar a tirar en tu pila de compost se descomponen a la par. Algunos pueden haberse degradado lo suficiente como para poder usarlos en el jardín, mientras que otros aun no. Por tanto, es fundamental que uses desechos de jardín compostados. Los restos de plantas infectadas que no hayan pasado por altas temperaturas durante un largo período de tiempo, reintroducirán posibles enfermedades en tus plantas, dado que las altas temperaturas matan cualquier patógeno que pudiera haber en el material de la pila. Si no estás seguro de si está libre de patógenos, entonces, no uses esos desechos en el jardín.
3. Observa las plantas
El daño de los insectos en las plantas es mucho más que estético. Los virus y las bacterias a menudo ingresan en las plantas mediante algún tipo de corte o por algún insecto. Algunos insectos son transportadores de virus que propagan de planta en planta como, por ejemplo, los áfidos.
4. Limpia en otoño
Las enfermedades pueden pasar todo el invierno en el follaje muerto y atacar a las nuevas hojas a medida que emergen en primavera. La mancha negra en las rosas es un claro ejemplo de que una enfermedad que podría reducirse si en otoño se eliminaran las hojas muertas.
5. Aplica el fertilizante apropiado
Debes tener cuidado a la hora de fertilizas las plantas, ya que mucho alimento podría dañar las raíces y disminuir su capacidad para absorber agua. Esto hace que las plantas sean susceptibles al estrés por frío, calor y sequía. Las plantas carentes de nutrientes son pequeñas y pueden verse afectadas por manchas en las hojas. Un exceso de nutrientes podría también estresar a una planta. Obtén una prueba del suelo de tu jardín para saber exactamente qué nutrientes carece y no sobrealimentar.
6. Planta variedades resistentes a enfermedades
Los empleados del centro de jardinería podrán ayudarte a identificar qué variedades son más resistentes que otras. Los libros y los catálogos también podrían enumerar plantas y variedades resistentes a enfermedades.
7. Poda las rañas dañadas en el momento apropiado
Poda árboles y arbustos a fines del invierno en vez de esperar hasta la primavera. Ten en cuenta que las ramas heridas podrían infectarse durante el invierno, haciendo que la enfermedad se establezca cuando la planta está inactiva. La poda a fines del invierno te evitará dolores de cabeza y evitará que la enfermedad se propague a un nuevo crecimiento. Siempre que uses herramientas afiladas para hacer cortes, límpialas y desinféctalas.
8. Ubica bien las plantas
Si colocas una planta amante de la sombra en un sitio a pleno sol, crecerá inadecuadamente y será atacada por enfermedades e insectos. Usa plantas apropiadas para tu zona y sitio. Las azaleas, por ejemplo, aman la sombra, por lo que si la expones al sol podrás debilitar su sistema inmunitario, provocarle un gran estrés y ser atacada por plagas y enfermedades.
9. Riega correctamente
Escoge métodos de riego que limiten la humedad en las hojas de las plantas. Si riegas a mano, mantén las hojas apartadas mientras le echas agua a las raíces.
10. No juntes las plantas
No abarrotes tu jardín de plantas, dado que estas podrían generar una gran humedad y hacer que enfermedades tales como el mildiu, prosperen.